Los videojuegos son parte del día a día de muchos niños y adolescentes. Ya no se trata solo de jugar una partida, sino también de comprar monedas virtuales, skins, mejoras o niveles extra. Y aunque pueden ser una fuente de diversión y aprendizaje, también esconden una realidad que preocupa a muchas familias: el gasto sin control.
¿Tu hijo quiere comprar algo en el juego cada semana? ¿Le cuesta aceptar un “no”? ¿Siente frustración cuando no puede gastar como sus amigos? Entonces este post te interesa.
¿Por qué los juegos animan tanto a gastar?
Muchos videojuegos están diseñados para mantenernos dentro. Y uno de los trucos más comunes es ofrecer recompensas si haces pequeñas compras: una skin exclusiva, una mejora, más vidas…
Este tipo de contenido, conocido como microtransacciones, puede parecer inofensivo, pero cuando no hay control, el gasto se dispara. Lo peor es que, al ser digital, los niños no ven el dinero salir físicamente, y eso dificulta que comprendan el impacto real.
¿Qué pueden aprender de esta situación?
Lejos de prohibir sin explicar, podemos aprovechar esta oportunidad para educar en consumo responsable y gestión del dinero. Aprender a decir “no ahora”, a comparar precios, a valorar si algo merece la pena… son habilidades que también se entrenan jugando.
Claves para enseñar a tu hijo a controlar sus gastos en juegos
1. Habla abiertamente del dinero
Explícale que el dinero no es infinito, que cada compra supone una elección. Que cuando se gasta en un juego, ese dinero ya no se puede usar para otra cosa. Usa ejemplos reales y acordes a su edad.
2. Establece un presupuesto
Si decides permitirle gastar en juegos, fija una cantidad mensual. Así aprenderá a gestionar, decidir y esperar. Si se lo gasta todo el primer día, no se repone automáticamente. El objetivo es que aprenda a pensar antes de comprar.
3. Revisa juntos las compras
Consulta con él qué quiere comprar y por qué. ¿Es necesario? ¿Hay otra opción? ¿Es algo temporal o permanente? Estas preguntas ayudan a entrenar el pensamiento crítico.
4. Evita las compras automáticas
Desactiva la opción de compra directa desde el dispositivo. Usa contraseñas o autenticación para que siempre tenga que pedir autorización. Esto pone una pausa entre el deseo y la acción.
5. Enséñale a detectar trampas
Algunos juegos usan tácticas muy potentes para fomentar el gasto: temporizadores, presión de grupo, “ofertas limitadas”… Habla con tu hijo sobre estas estrategias y ayúdale a reconocerlas. Cuanto más las identifique, menos vulnerable será.
¿Y si ya ha gastado de más?
No se trata de reñir, sino de aprovechar la situación para aprender. Hablad sobre cómo se sintió, si valió la pena, y qué haría distinto la próxima vez. El objetivo es construir una relación sana con el dinero, no generar culpa.
Educar a tu hijo sobre cómo gastar en juegos es también educarle para la vida. Porque aprender a gestionar sus deseos, a valorar el esfuerzo que hay detrás de cada euro y a tomar decisiones conscientes le servirá mucho más allá del mundo virtual.
En El Club de Mi Caja te acompañamos para que puedas convertir los videojuegos en una oportunidad educativa más. Porque el mejor control parental es estar presentes, guiar y confiar.