Consejos para evitar actitudes que generan miedo, culpa o ansiedad hacia el dinero

El dinero no solo se cuenta. También se siente. Muchas de las emociones que desarrollamos en la edad adulta sobre el dinero —como el miedo a no tener suficiente, la culpa al gastar o la ansiedad ante decisiones económicas— se construyen desde la infancia. Como madres y padres, tenemos la oportunidad (y la responsabilidad) de enseñar a nuestros hijos que el dinero es una herramienta, no una amenaza.

A continuación, desde El Club de Mi Caja te damos algunas claves para evitar actitudes que, sin querer, pueden generar emociones negativas sobre el dinero.

1. Habla del dinero con naturalidad

El silencio no ayuda. Si evitamos hablar del dinero o lo tratamos como un tema tabú, los niños pueden asociarlo con algo misterioso, complicado o incluso peligroso. En cambio, si les explicamos con palabras sencillas cómo funciona, qué coste tienen las cosas o cómo tomamos decisiones económicas en casa, les ayudamos a construir una relación sana y consciente.

Consejo práctico: aprovecha situaciones cotidianas como hacer la compra o planificar un gasto para explicarles por qué se toma una decisión u otra.

2. Evita frases que asocian dinero con miedo o escasez

Frases como “el dinero no crece en los árboles”, “no tenemos para eso” o “con lo que cuesta ganarlo…” pueden tener la intención de enseñar responsabilidad, pero a menudo generan ansiedad o culpa en los más pequeños. En lugar de transmitir escasez o reproche, intenta explicar límites de forma constructiva.

Ejemplo alternativo: “Ahora estamos priorizando otras cosas, pero podemos pensar en cómo ahorrar juntos para eso”.

3. No uses el dinero como premio o castigo constante

Pagar por comportamientos positivos o castigar quitando dinero puede llevar a asociar el dinero con el amor, el poder o el control. Esto puede ser especialmente delicado cuando se convierte en el único sistema de regulación emocional o motivación.

En su lugar, es preferible mantener la paga como una herramienta educativa estable, independiente del estado de ánimo del adulto o del comportamiento puntual del niño.

4. Comparte los valores que guían tus decisiones económicas

Los niños observan constantemente. Si ven que valoramos la generosidad, la sostenibilidad o el ahorro responsable, esos valores también formarán parte de su relación con el dinero. No hace falta ser perfectos, pero sí coherentes y transparentes.

Puedes contarles por qué compras en cierto sitio, por qué prefieres reparar en lugar de tirar, o por qué eliges ahorrar para algo importante en lugar de gastarlo todo.

5. Permite que tomen decisiones (y se equivoquen)

Uno de los mejores aprendizajes es el que viene de la experiencia. Si reciben una paga o tienen una pequeña cantidad para gestionar, déjales decidir (con orientación, claro). Si se equivocan, será una gran oportunidad para reflexionar juntos y aprender sin culpa.

Por ejemplo: si se gastan todo en algo que no les convence, en vez de reprocharles, puedes preguntar: “¿Te ha gustado lo que compraste? ¿Harías algo diferente la próxima vez?”.

6. Cuida el lenguaje emocional alrededor del dinero

Las palabras que usamos importan. Evita expresiones como “eres un derrochador”, “no sabes ahorrar” o “siempre lo gastas todo” que etiquetan negativamente y generan inseguridad. En su lugar, opta por frases que reconozcan su esfuerzo y fomenten la reflexión: “Esta semana lo has gestionado mejor”, “¿cómo te sentiste al ahorrar eso?”, “¿quieres que pensemos juntos una forma de organizarlo?”.

Cultivar una relación sana con el dinero desde pequeños

Educar en lo económico no es solo hablar de números, sino también de emociones, valores y decisiones. Evitar el miedo, la culpa o la ansiedad es parte esencial del proceso. En El Club de Mi Caja creemos que hablar de dinero puede (y debe) hacerse desde la empatía, la confianza y el respeto. Porque cuando un niño crece con seguridad en este ámbito, también crece su autonomía y su bienestar.