Cómo conseguir eso que tanto quieres (sin que te lo compren tus padres…)

Seguro que más de una vez has querido comprar algo y has pensado: “lo necesito ya”, una consola nueva, un patinete, un móvil, una bici…Son compras grandes, de esas que no se consiguen en un solo día. Pero eso no significa que no puedas tenerlas. Solo necesitas algo que puede parecer complicado al principio, pero que es mucho más fácil (y emocionante) de lo que crees: aprender a ahorrar con un objetivo claro.

Ahorrar es como construir una torre: empieza por una base pequeñita, pero si vas añadiendo pieza a pieza con cuidado, un día te darás cuenta de que has llegado hasta arriba del todo. Aquí te contamos cómo puedes hacerlo paso a paso.

Decide lo qué quieres (pero en serio)

Antes de empezar a ahorrar, necesitas tener muy claro cuál es el objetivo. No vale decir “quiero ahorrar para cosas” o “quiero tener dinero por si acaso”. El truco está en elegir algo concreto: un objeto que te encante, que realmente quieras tener y por el que estés dispuesto a esperar y esforzarte.

Una vez tengas ese objetivo, busca su precio real. Puedes hacerlo por internet, en una tienda o preguntando a alguien de confianza. Es importante que apuntes esa cifra en un lugar visible: una libreta, una nota en tu habitación, una hoja que pongas en tu escritorio. Ver ese número te recordará por qué estás ahorrando y te ayudará a no olvidarte de tu meta.

Tu plan de ahorro = tu superpoder

Ahora toca hacer cuentas. Piensa cuánto puedes ahorrar cada semana o mes. ¿Te dan paga?¿Te cae algo por ayudar en casa? ¿Vendiste alguna cosa que ya no usas?

Por ejemplo: si puedes guardar 5€ al mes, y lo que quieres cuesta 100€, en 20 meses es tuyo. Suena a mucho, pero cada euro es un paso más cerca.

De primeras puede parecer aburrido pero hay formas de hacerlo un poco más entretenido cómo dibujar “termómetro de ahorro” e ir marcando hasta llegar a tu meta o usar una hucha dividida por tramos.

Y recuerda, si un mes no consigues ahorrar, no pasa nada. Lo importante es seguir y no perder la motivación.

Aprende a elegir: no todo lo que te apetece vale la pena

Una parte fundamental de ahorrar es aprender a decidir bien en qué gastas tu dinero. A veces, nos apetece comprarnos algo en el momento: una bebida, unas chuches, una revista. Son cosas pequeñas, pero si las compras muy a menudo, cuando te des cuenta, ya no queda nada de lo que habías ahorrado.

Eso no significa que no puedas disfrutar de vez en cuando, pero sí que te preguntes antes:

¿Esto me acerca a mi objetivo o me aleja de él?

Si sabes que quieres algo importante dentro de unos meses, quizá puedas dejar pasar esos gastos pequeños que no son necesarios. Y cuando consigas lo que querías, verás que el esfuerzo valió la pena.

Comparte tu objetivo con alguien que te ayude

Aunque estés ahorrando para algo tú solo, no tienes por qué hacerlo en secreto. Contárselo a alguien de tu familia, puede ayudarte a mantener la motivación. No se trata de que te den dinero, sino de que te animen, te recuerda objetivo si te despistas y, quién sabe, hasta pueden ayudar a sumar si ven que te estás esforzando mucho.

También puedes proponer que ese regalo que quieres sea parte de lo que te den por tu cumpleaños o por Navidad. De ese modo, no tendrás que ahorrar el 100%, pero si habrás contribuido con una parte importante. Y eso es lo más valioso: saber que lo conseguiste gracias a tu esfuerzo.

Lo que aprendes sin darte cuenta

Ahorrar para una compra grande no es solo juntar monedas en una hucha. Es un camino en el que vas aprendiendo muchas cosas importantes sin darte cuenta. Aprendes a tener

paciencia, a organizarte, a tomar decisiones que te acercan a lo que quieres y a decir “no” a algo pequeño para poder decir “si” a algo que de verdad te hace ilusión.

Puede que al principio te parezca que vas despacio, que no avanzas tanto como te gustaría o que a veces cuesta resistirse a comprarte algo “porque si”. Y es normal. A todos nos pasa. Pero justo ahí está lo especial de ahorrar: que no se trata de hacerlo perfecto, sino de seguir intentándolo. Incluso si una semana no puedes guardar nada, no pasa nada. Lo importante es retomar tu plan y seguir avanzando.

Además, cuando por fin logres tu objetivo, no solo tendrás ese objeto en tus manos. También tendrás algo más valioso: la satisfacción de haberlo conseguido por ti mismo. Sin prisas, sin trampas, solo con tu esfuerzo y tu constancia.

Así que ahora que ya tienes algunos trucos para ahorrar, piensa en algo que te haga mucha ilusión y ¡traza tu plan!