El día 8 de junio se celebra el Día Mundial de los océanos, una fecha que nos recuerda la importancia que los océanos tienen para nuestro planeta y para los seres humanos. Para aportar nuestro granito de arena, te traemos una pequeña guía con la que, a través de pequeñas acciones diarias, te podrás convertir en un experto en la protección de mares y océanos.
Pronto llega el verano, la época más esperada para poder disfrutar del sol, de la playa y refrescarse en el mar. Durante esta temporada miles de personas van a la playa a tomar el sol, a comer o a practicar deportes acuáticos, por lo que el mar se llena de suciedad y contaminación, causando daños irreversibles para el medio ambiente y poniendo en peligro la supervivencia de la fauna marina.
1. Reduce el uso de plásticos
Como ya habrás oído, el plástico es una de las principales causas de la contaminación de los océanos. Esto se debe a que este material tarda mucho tiempo en descomponerse, afectando a los animales y plantas marinas. Por ejemplo, las tortugas, que confunden las bolsas de plástico con medusas y se quedan atrapadas, o los peces que se tragan microplásticos.
Una de las principales acciones que podemos llevar a cabo para evitar este problema, es reducir el uso de plásticos. Para ello, bastaría con que hagamos pequeños cambios en nuestro día a día, por ejemplo: reutilizando las botellas de agua, guardando los alimentos en recipientes de material desechable o reutilizable o sustituir las bolsas de plástico por bolsas de tela.
2. Mantén las playas limpias
Cuando visitamos la playa es muy importante recordar que debemos cuidarla y mantenerla limpia para proteger los mares y océanos. Evita dejar basura en la arena y recoge todos tus residuos antes de irte para depositarlos en el contenedor correspondiente. También puedes aportar tu granito de arena recogiendo la basura abandonada que te encuentres en la playa.
Otra cosa a tener en cuenta es que la contaminación de los mares comienza en nuestro desagüe, por eso, debemos tener cuidado con lo que tiramos a través de ellos. No se puede echar aceite de la sartén, productos químicos como la lejía o restos de algodón y toallitas, entre otras cosas.
3. No malgastes el agua
Ahorrar agua contribuye a la conservación de mares y océanos, reduciendo la cantidad de aguas residuales que se descargan en ellos y que deben ser tratadas y eliminadas. Estos tratamientos filtran muchos contaminantes y productos químicos que van en el agua, pero en ocasiones, pueden escapar y terminar en los océanos.
Por tanto, si intentamos gastar el menor agua posible, ayudaremos a minimizar esa carga de contaminantes que llegan a los mares y océanos para mantener su salud y biodiversidad.
4. No contribuyas a la explotación marina
Otro factor fundamental para cuidar nuestros mares y océanos es respetar la fauna y flora marina, como los corales y las algas, ya que son el hogar y el alimento de muchos animales.
En muchas zonas costeras suelen tener a la venta productos artesanales elaborados con productos del océano como pueden ser el coral, conchas o accesorios elaborados con tortugas carey o huesos de tiburón, incluso estrellas de mar disecadas. Una buena forma de evitar contaminar el mar es no comprar este tipo de productos que dañan el ecosistema marino.
5. Habla a tus amigos sobre la importancia de mantener limpios los océanos
No olvides compartir con tus amigos todo lo que vayas aprendiendo o leyendo en artículos como este en los que se hable y se sensibilice sobre la protección de los mares y océanos. ¡Tú puedes ser un agente del cambio que quieres ver en otros!
También podéis uniros a distintas iniciativas que se lleven a cabo en tu ciudad, con grupos de personas que hagan reuniones para recoger basura en las playas, o incluso, podéis salir a recogerla vosotros mismos.
Como ves, todas estas acciones son muy sencillas de llevar a cabo y pueden tener un gran impacto positivo para nuestro planeta. Si todos contribuimos, poco a poco podremos mejorar la calidad de nuestros mares y océanos.